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La inteligencia emocional del líder

En coaching decimos que nuestras emociones se gestionan inteligentemente cuando se desarrollan ciertas competencias emocionales, habilidades que nos permiten encauzar la energía emocional de una manera productiva.
Pero, ¿qué es ser competente emocionalmente? Significa tener competencia en cinco áreas de gestión emocional.
La primera tiene que ver con darnos cuenta qué sentimos, se denomina Autoconciencia Emocional. En lugar de expresar “estoy nervioso” o “estoy emocionado”, poder ponerle un nombre a lo que siento: “siento miedo” o “siento alegría” o “siento enojo”.
Nombrar lo que siento implica manejar un leguaje emocional y reconocer que cada emoción tiene una forma de percibirse particular.
Cuando podemos ponerle un nombre a lo que sentimos estamos en el primer paso de la competencia emocional. Y cuando un líder puede expresar lo que siente por su nombre, por ejemplo: “Siento temor de que esto pueda suceder” o “siento molestia con esa frase”, entonces ya nos muestra su competencia en esa área.
La segunda competencia emocional habla de cómo nos relacionamos con lo que sentimos y se denomina Autoaceptación Emocional. Mide el grado en que podemos aceptar sin juzgar negativamente lo que sentimos. Requiere que la persona pueda reconocerse un ser humano emocional y que valorice el sentido de las emociones en la vida.
Cuando los líderes muestran autoaceptación emocional no solamente aceptan lo que sienten, sino que se vuelven empáticos con las emociones de otros. Un líder sin esta competencia se puede mostrar poco expresivo o frío o distante o crítico de las emociones, a veces incluso incomprensivo de la sensibilidad en otros.
La tercera competencia emocional se denomina Autoregulación Emocional, mide cuánto somos capaces de redirigir la energía emocional para regular su expresión. Esta es una de las competencias que más se requiere cultivar cuando la energía emocional aparece y sólo es posible desarrollarla si la persona antes puede aceptar sus emociones.
Cuando los líderes no regulan sus emociones se observan como contagian fácilmente su descompensación emocional a otros, incluso algunas personas le quitan autoridad a un líder que no sabe auto regularse emocionalmente.
Una forma útil de autoregulación puede consistir en cultivar la capacidad de hacer una pausa y enfocarse en algo. Por ejemplo, puedo invocar una pausa con una pregunta: ¿qué estoy sintiendo en este momento? Y luego enfocarme en la respiración o un objetivo que quiero conseguir en esa situación.
Los líderes que se autoregulan muestran dominio personal e inspiran en mayor medida que aquellos que no lo logran.
En cuarto lugar hablamos del Autoanálisis Reflexivo de la emoción. Esta competencia implica investigar los pensamientos asociados que disparan la emoción. Parte de la premisa que pensamientos y emociones se manifiestan juntos a nivel cerebral y no están separados. Esta competencia permite que una persona comprenda la razón de su emoción y es sumamente útil para reforzar la autoregulación.
Un líder con esta competencia podría darse cuenta en el momento en que siente enojo: “Siento enojo porque en esta situación yo pienso que no hay respeto”, y a partir de este autoanálisis llega la quinta competencia emocional: la Expresión Íntegra.
La Expresión Íntegra se refiere a la capacidad de una persona de expresar íntegramente lo que siente, generando aprendizaje y efectividad en la situación.
En el ejemplo anterior un líder con expresión íntegra podría expresar: “Siento enojo porque en esta situación yo pienso que no hay respeto. Para mí el respeto implica que no se me interrumpa mientras hablo y como eso ya ocurrió un par de veces te pido que lo evitemos de aquí en adelante. ¿Qué puedo hacer para que eso sea posible?”.
Cuando la energía del enojo se gestiona de esa manera podemos observar a un líder que puede expresar lo que siente de manera íntegra y brindando oportunidades para llegar a propuestas en conjunto.
El entrenamiento en estas cinco competencias emocionales se puede desarrollar a través de coaching y con preguntas y estrategias que cada líder diseñe por sí mismo. Sobre todo, ante escenarios donde las emociones del líder van a ser probablemente desafiadas.
Cómo cada uno de nosotros puede ser en cierta medida líder de nuestros hijos, de nuestros colaboradores, de nuestros amigos, te invito a preguntarte: ¿en qué áreas te gustaría volverte más competente emocionalmente?
*Magela Pardo.
Master Certified Coach y directora de Trascender.