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Comunicación asertiva
Juan y Ana son esposos desde hace 20 años….
Primero vemos a Juan comentándole a un amigo por teléfono:
«Mi mujer no me consultó acerca de cómo quería yo que se hicieran los arreglos en la casa, y aunque eso me molestó mucho, decidí no decirle nada. Cuando me preguntó a qué hora iba a estar yo para que recibiese al albañil, le dije que en la semana iba a estar muy ocupado y no me encontraría en casa. Ella tuvo que quedarse para recibirlo, con las consiguientes dificultades para su propio trabajo, de lo que me alegré muchísimo!!!»
Por ahora la actitud de Juan es pasiva en cuanto a que no le comunica nada directamente a Ana.
Llega un día en que Ana no puede quedarse a recibir a los albañiles y le pide por favor a Juan que los reciba.
Aquí la respuesta de Juan es diferente:
“Vos sos una egoísta y me considerás un incapaz!, te parece que yo no sé nada de la casa y no confías en mí!, así que si no tengo derecho para opinar, no me pidas nada y arréglate sola! No me hables más.”
Ahora la comunicación se torna agresiva en la forma de Juan hacia Ana y produce fricción en el vínculo entre ambos.
Es lo que pasa en los dos extremos de una comunicación NO Asertiva: se torna Pasiva o Agresiva:
¿Cuáles son las consecuencias de una comunicación pasiva o agresiva?
Muchas veces no planteamos ciertas conversaciones porque pensamos que es mejor no decir nada a “explotar” y decirlo mal. Sin embargo, ambos extremos son dañinos para un vínculo. A largo plazo perjudican la confianza y erosionan la relación.
La pasividad genera malos entendidos y la agresividad pone al otro en modo de “defensa”, lo que cierra la posibilidad de que nos escuche.
Por eso es tan importante en nuestros ámbitos familiares o laborales comenzar a considerar las consecuencias de nuestra comunicación.
Y retornar al significado de la palabra: Comunicación = Acción en común.
Para esa “acción en común” necesitamos ser asertivos y esa es una capacidad muy necesaria, sobre todo a la hora de hacer un reclamo o plantear una desconformidad o molestia.
¿Qué es la Asertividad?
Es un modo de comunicación dónde podemos expresar íntegramente lo que sucedió y sus consecuencias, incluyendo lo que sentimos, sin descalificar o agredir y generando las condiciones donde haya una mayor probabilidad de que el otro nos escuche.
Requiere poder hablar desde una postura adecuada que incluye: tranquilidad, seguridad, confianza, apertura, escucha, etc.
Por eso muchas veces las conversaciones asertivas se preparan de antemano, porque se perciben como “conversaciones difíciles” donde lo que vamos a decir nos afecta o nos altera, interfiriendo con nuestro equilibrio emocional.
¿Cómo podemos cultivar asertividad?
Primero que todo es necesario prepararnos y saber cómo hacerlo.
Podemos compartir una forma simple en la que normalmente puede llevarse a cabo un reclamo asertivo: la fórmula “I DO IT”. La llamo así por las palabras que inician cada paso.
Lo importante de esta “fórmula” es que:
1 – Se describan “hechos” con evidencia demostrable, de manera que la otra persona esté de acuerdo en el hecho.
2 – Los juicios e interpretaciones, que incluyen el impacto de ese hecho en mí o en otros se expresan en primera persona: “Yo siento que vos no confiás en mí” en lugar de “Vos no confiás nunca en mí”.
3 – Le damos la oportunidad a la otra persona en el punto de Indagación (preguntándole) que nos comente cómo lo ve desde su punto de vista.
¿Cómo hubiera sido una comunicación Asertiva de Juan?
Juan:
I: Ana quiero que hablemos de un tema que tengo guardado hace tiempo para que podamos resolverlo juntos.
D: Escuché que llamaste al albañil para los arreglos de la casa sin consultarme mi opinión.
O: Yo estuve molesto con ese hecho, sentí que no te parezco capaz de opinar sobre esos temas y considero que la casa es de los dos y los dos tenemos derecho a decidir. A mí me parecés egoísta cuando actúas de esa manera y necesito que me consultes más.
I: ¿Qué pensás de lo que te estoy planteando?
Ana:
- Nunca lo había visto de esa forma, yo no quería incomodarte con todas las preocupaciones que ya tenés … con una más de la casa, por eso quise resolverlo sola… hasta que me di cuenta que no podía.
Juan:
T: Te propongo que discutamos el proyecto, que nos pongamos de acuerdo en lo que vamos a hacer en la casa y lo que puedo hacer yo y luego llamemos a los albañiles.
Ana:
- Me parece bárbaro, que bueno que lo charlamos!
Te deseo éxito en la práctica de este tipo de conversaciones para construir una “Acción en común” usando una comunicación asertiva.
María de los Ángeles Pardo