Se dice que los objetivos son como “Sueños con piernas” porque mientras tenemos un sueño o un deseo, lo que queremos está “en el aire”. Y cuando comenzamos a “bajarlo a tierra” ese sueño o aspiración comienza a ser un objetivo.
Cuando tenemos un sueño podemos mantenerlo toda la vida como aspiración y podrá cumplirse o no…Mientras que cuando nos proponemos un objetivo lo diseñamos y hacemos cosas para que ocurra.
¿Cuál es el primer paso para que algo que queremos tome la forma de objetivo?
En principio necesitamos formular lo que queremos en términos positivos.
Se usa la metáfora del taxista para ejemplificar que cuando uno se sube a un taxi y le dice al conductor: “No quiero ir a un lugar con mucha gente, y tampoco quiero ir a un lugar muy alejado…”, ¿qué hace el taxista? Sigue preguntando adónde queremos ir, porque mientras no sepamos con claridad adónde queremos ir va a ser muy difícil llegar.
Por eso lo primero para marcarnos un objetivo es clarificar qué queremos lograr.
¿Cómo clarificamos lo que queremos?
Hay cuatro claves importantes que nos pueden ayudar a clarificar lo que queremos:
1 – Imaginar el momento en que conseguimos nuestro objetivo y preguntarnos: ¿Cómo me voy a dar cuenta que alcance mi objetivo? ¿Qué va estar pasando a mi alrededor?
¿Qué voy a ver? ¿Qué va a haber cambiado dentro de mí? ¿Qué voy a sentir?
A esto se llama hacer EVIDENCIABLE o medible nuestro objetivo.
2 – Si el objetivo es muy amplio o inespecífico puede ayudarnos hacerlo más tangible o específico. Para eso colaboran las preguntas de clarificación. Si lo que quiero es “ser más feliz” preguntarnos: ¿Qué significa para mí ser más feliz? Si lo que quiero es tener una mejor relación con mi pareja, nos podemos preguntar: ¿Qué es para mí tener una mejor relación con mi pareja?, etc.
A eso le llamamos hacer ESPECÍFICO o concreto el objetivo.
3 – Además para clarificar lo que queremos es fundamental saber para qué queremos nuestro objetivo. Significa preguntarnos: ¿Qué me va a aportar a mí y/o a otros el conseguir mi objetivo? ¿Cuán valioso es? ¿Qué pasaría si no lo logro?
Al revisar este aspecto estamos clarificando lo VALIOSO del objetivo. Si el objetivo no es valioso entonces no invertiremos energía para conseguirlo.
4 – El cuarto elemento importante a la hora de clarificar lo que queremos implica revisar qué depende de nosotros para alcanzar ese objetivo. Es preguntarnos, por ejemplo. ¿Qué depende de mí para conseguir lo que quiero? ¿A qué me va a desafiar este objetivo?
A ese aspecto le llamamos hacer PROTAGÓNICO el objetivo.
¿Qué debe estar en los cimientos para conseguir nuestro objetivo?
Una vez que un objetivo está formulado de manera positiva, tiene evidencia de logro, es específico y valioso y depende de nosotros, entonces aparecen tres aspectos claves que constituyen los cimientos para poder lograrlo: nuestras creencias en relación al objetivo.
Para que nuestro objetivo tenga la mayor probabilidad de que ocurra vamos a necesitar creer en tres cosas:
1 – Que sea Posible, es decir, que creamos que puede llegar a lograrse
2 – Que nos sintamos capaces de obtenerlo, significa creer que tenemos o podemos desarrollar lo necesario para conseguirlo.
3 – Que somos merecedores de concretar ese objetivo, aquí nos referimos a esa sensación de merecimiento, de saber que eso que queremos es algo que nos corresponde, a lo que tenemos derecho, que lo tenemos ganado, que está muy bien que suceda.
Estas tres creencias de Posibilidad, Capacidad y Merecimiento son la base de la estructura para conseguir nuestro objetivo.
¿Y cuál es la clave final?
Una vez que tenemos claridad en lo que queremos, lo consideramos valioso, sabemos medirlo, es específico, depende de nosotros y creemos que es posible, que somos capaces de lograrlo y nos lo merecemos, entonces es hora de:
1 – Revisar los recursos que vamos a necesitar: significa investigar qué recursos externos (tiempo dinero, capacitación colaboradores, etc.) e internos (paciencia, confianza, valentía, perseverancia, etc.) debemos conseguir y/o cultivar para lograrlo.
2 – Generar un posible plan de acción, esto es diseñar una cierta secuencia de pasos o etapas para alcanzarlo y comprometernos a accionar, dando un paso a la vez.
Cuando todo esto está preparado, si tu objetivo se alinea a tu momento de vida (y a veces digo: “se alinea a lo que la vida está pidiendo de ti”), entonces la probabilidad de que suceda es altísima.
Y en el camino hacia ese logro seguramente aparecerán interferencias u obstáculos que te desafiarán para aprender y mantenerte en el camino.
El resultado final, además de disfrutar de tu logro, si lo transitaste a consciencia, es el desarrollo de alguna capacidad o aprendizaje en ti, que te llevas después de ese camino recorrido.
Deseándote éxito en tus futuros objetivos, te saludo cordialmente:
Coach María de los Ángeles Pardo